La agricultura, ganadería, pesca y la caza son
las actividades primarias. En el desarrollo de estas actividades se utilizan recursos
naturales.
Todas las
actividades humanas que se dedican a satisfacer las necesidades alimentarias,
excepto la pesca, dependen del recurso del suelo.
Los suelos para
la agricultura son muy favorables, pero el uso excesivo provoca su degradación.
Se considera que el 75% del total de los alimentos esta conformado por
productos agrícolas. Los más importantes son el trigo, arroz y maíz. Con respecto
a la ganadería, bovino, ovino y porcino, son los ganados criados para la
alimentación.
Numerosos países
periféricos del siglo XIX, basaron su economía en la producción agraria y se constituyeron
exportadores de productos alimenticios, así se acelero la división
internacional del trabajo.
Los países periféricos
se especializaron en la producción de materias primas para abastecer a los países
mas desarrollados. Los países centrales, por otra parte, orientaron su economía
a la producción industrial y al procesamiento de las materias primas
provenientes de los países periféricos.
El sistema
actual de producción, distribución y consumo se caracteriza por la exportación.
El uso de tecnologías cada vez más complejas en las actividades primarias, permitió
incrementar el volumen de la producción y la productividad. Los países periféricos
encontraron dificultades para comercializar sus productos, debido a la
competencia de los centrales, exceptuando la Argentina, Uruguay, y Tailandia.
Desde la década
de 1980 se incorporaron nuevos productos a la lista de los alimentos que
satisfacen las necesidades de distintos sectores de la población. Estos cambios
se sumaron a las transformaciones ocurridas en la producción mundial de
alimentos de las últimas décadas.
Los alimentos
transgénicos, son los que proceden de plantas cuyas células han sido
modificadas mediante técnicas biotecnológicas.
Los OGM (Organismos
Genéticamente Modificados) crecieron de manera acelerada desde los inicios de
su comercialización.
Hay ciertas políticas
proteccionistas de los países centrales. Estos tienen mayor peso en las
negociaciones y logran imponer formas de proteccionismo que favorecen sus actividades
comerciales. Esto dificulta la participación de los países periféricos en el
mercado mundial. Una de las formas de proteccionismo más frecuente es el
establecimiento de subsidios agrícolas, que son ayudas económicas otorgadas por
los gobiernos a los campesinos y a las empresas agrícolas a fin de que puedan
exportar sus productos a precios más competitivos. Otras políticas son las que
restringen el ingreso de ciertos productos. Los países en los cuales más se
aplican estas políticas son los de la Unión Europea, Noruega, Suiza, Japón y
Estados Unidos.
La eliminación
de los subsidios es un reclamo persistente por parte de los países en la
producción de materias primas.
Uno de los
problemas más recientes es el dumping,
la competencia desleal. El dumping
engloba las estrategias utilizadas para vender en el mercado productos a
precios más bajos que los corrientes. Esta práctica suele ser llevada a cabo
por empresas multinacionales que aprovechan sus ganancias para vender a precios
muy bajos, con la intención de eliminar a la competencia. Según la Organización
Mundial de Comercio, el dumping no esta prohibido.
La implementación
del dumping en el comercio agrícola
internacional perjudica al 70% de las poblaciones más pobres.
Con respecto a
la soberanía alimentaria, esta hace alusión al derecho de los pueblos respecto
a los alimentos que produce. Dado este concepto se debe priorizar la producción
destinada a los mercados locales y nacionales por encima del comercio
internacional y de las empresas multinacionales.
El derecho a la
alimentación es un derecho universal. El reconocimiento de este derecho como
humano, implica obligaciones específicas de los Estados. Estos deben ser
garantes y responsables.
Las obligaciones
del Estado son: respetar el acceso a una alimentación adecuada y evitar la
adopción de medidas que lo impidan; proteger el derecho a la alimentación;
hacer efectivo el derecho a la alimentación, y cumplir el derecho a la
alimentación de forma directa con los individuos incapaces de gozar de una alimentación
adecuada por sus propios medios.
El numero de
personas que sufren hambre en el mundo supero los 1.000 millones en el 2009, es
por esto que el 80% de esta población vive en zonas rurales de países
periféricos.
Las causas del
hambre y de la mortalidad por desnutrición no se explican por un fenómeno de
escasez de alimentos.
En el presente
los alimentos son considerados mas como mercancías que como elementos que
sustentan un derecho humano fundamental. Todo esto da lugar a que el hambre se
haya convertido en una realidad global.